sobre mí

Mi historia

Como profesional de la salud mental he transitado mi espacio personal de terapia y supervisión psicoanalítica, este ha sido de suma importancia y posibilitó enormes cambios.

Pero a pesar de tantos años de terapia, algunas situaciones muy específicas de estrés lograban desestabilizar mi salud física desatando en mi cuerpo respuestas biológicas que no lograba aliviar ni comprender.

Es así como decido incursionar en las Neurociencias. Observé que cuando la persona es expuesta a un estrés extremo, el cerebro pone en marcha una serie de mecanismos biológicos que nos preparan para combatir ese peligro. Posteriormente esa reacción es incorporada como una “respuesta memorizada”, de manera tal que la próxima vez que nuestro cerebro identifique ese peligro, se activaran estas conexiones neuronales que fueron efectivas para la supervivencia. Se ha comprobado científicamente que estas respuestas memorizadas se transmitirán repitiéndose de generación en generación.

Observé que cuando la persona es expuesta a un estrés extremo, el cerebro pone en marcha una serie de mecanismos biológicos.

Como ejemplo, una familia que ha estado expuesta a traumas sociales tales como una guerra, desarraigo, desapariciones, migraciones forzadas, pérdidas, muertes, tendrá consecuencias, en algunos miembros de las futuras generaciones, es decir se activarán probablemente estas respuestas en alguno de los integrantes de la segunda, tercera o cuarta generación.

Lo llamativo es que en las generaciones posteriores las respuestas pueden ser tan radicales e intensas como las que aparecen en contextos extremos pero esta vez con la exposición a una situación de mínimo peligro. 

Y todo esto es justamente lo que me sucedía a mí. Ante la exposición a situaciones cotidianas de estrés se desataba en mi organismo una respuesta desmedida. Mi abuela materna Emma, nacida en Yugoslavia/Eslovenia sobrevivió a un contexto de guerra sumamente doloroso y esta experiencia tan familiarmente pesada me llevó a una incesante búsqueda de herramientas que me permitieran aliviar el dolor y las memorias traumáticas impulsando cambios profundos en mí a nivel personal y profesional.

Es así como comencé a estudiar Descodificación Biológica, herramienta que me cambió la vida proporcionando un descanso a ese dolor tan arraigado y profundo que condicionaba mi vida cotidiana mucho más de lo que yo podía creer. Más tarde sumé asimismo la herramienta de las Constelaciones Familiares, un abordaje sistémico que nos permite de alguna manera ver el escenario de la conformación familiar y los ancestros, que tienen una incidencia importantísima en la vida de las personas, en algunas conductas, elecciones, vinculaciones y en la salud. Para mi sorpresa me topé con que ciertas leyes sistémicas regulan nuestro sentir en el mundo.

Me defino como una persona que ha logrado registrar y cambiar un profundo dolor existencial, y son éstas las herramientas que he decidido compartir y poner a disposición de mis pacientes, ya que son las que me permitieron tomar la vida en plenitud y cambiar resilientemente.

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